Pasos en la niebla (Footsteps in Fog – 1955)

sra_fletcher » "crítica de una cinéfila de pluma ligera"

Pasos en la niebla (Footsteps in Fog – 1955) es una desconocida película de suspense en la que tendremos la oportunidad de ver a Stewart Granger y a Jean Simmons, en papeles poco habituales en ellos.

Stewart Granger será Stephen Lowry, un aristócrata inglés viudo en extrañas circunstancias, que se verá “chantajeado” por su sirvienta, que no es otra que la gran Jean Simmons. Entrecomillo “chantajeado” porque la extorsión a la que es sometido no busca compensación económica, sino amor.

Lily trabaja al servicio de Lowry y está perdidamente enamorada de él. Conocedora de su oscuro secreto, intentará obtener su cariño de forma muy poco convencional. Sus sentimientos son sinceros pero su manera de querer procurarse el afecto de su amado pondrá su vida en peligro.

“Pasos en la niebla” es una película que llega a hacerse corta. Y es que tiene las escenas justas y necesarias, sin excesos ni alargamientos innecesarios para transmitirnos la intriga y el suspense prometidos. Las revelaciones para ir desentrañando el argumento se nos irán proporcionando paso a paso. Sin pausa, pero sin prisa.
La tensión irá creciendo y nos hará dudar de todo y de todos. Una tensión de calidad, sin engaños ni artificios. A la manera en que se hacían las películas en aquellos tiempos y que parece un poco olvidada. Pero dejemos la nostalgia cinéfila y volvamos con la peli…

Nos adentramos en la Inglaterra victoriana gracias a una cuidada y nebulosa ambientación, en la que caminaremos por aquellas grises y difusas calles en las que apenas se podía ver quién se acercaba. El título hace mención a la omnipresente niebla londinense y no es para menos.
Una de las mejores escenas, la persecución a la que se ve sometida Lily, utilizará ese recurso para provocarnos una deliciosa angustia. Y es que los amenazantes y turbios exteriores agudizarán aún más la atmósfera opresiva de la película.

La historia irá dando giros, pero sin estridencias, llevada magistralmente de la mano por sus dos protagonistas, Stewart y Simmons, que nos regalarán la calidad interpretativa que poseen ambos.

El comienzo es magnífico y a partir de él se irá trenzando (o destrenzando…) una historia que deberemos desenmarañar y que probablemente nos recordará a la filmografía de Hitchcock. Algunas escenas tendrán un cierto regusto a otras películas que ya hemos visto (“Rebecca” de Hitchcock, “Eva al desnudo” de Mankiewicz, “La mujer del cuadro” de Fritz Lang, etc.)

Pero esta cinta no necesita parecerse a ninguna ni recordarnos a otras para ser una genialidad. En realidad, ha estado siempre un poco escondida, lo cual es una lástima porque es poco conocida y merece muy mucho la pena.

Es de aquellas películas en las que la pareja protagonista carga con todo el peso interpretativo y argumental del guión ya que los secundarios, aunque presentes parecen no influir mucho en la historia. Eso hace aún más meritorio el trabajo de ambos actores. La historia es suya.

Volveremos a ver un fiel retrato de la doble moral de una parte de la sociedad “de bien” inglesa en la que la apariencia de respetabilidad y los buenos modales escondían muchas veces una podredumbre moral enorme.

Lowry (Granjer) será el encargado de hacernos ver hasta qué punto se puede parecer respetable sin serlo, al menos desde el punto moral y ético. Mientras que la motivación de Lily (Simmons) es puramente romántica y sincera, la suya es tan sólo interesada y fría. Lily sólo buscara su amor y protegerle. Él, por el contrario, sólo querrá protegerse a sí mismo, al precio que sea.

Como anécdota podríamos recordar la alegoría que la historia hace de los pájaros y el gato y de los dos protagonistas.

Lowry adora a sus pájaros enjaulados, de los que es dueño y señor, mientras que aborrece al gato, símbolo de libertad y de independencia. Se consigue así hacer coincidir esa idea con su manera de ser, ciega, huraña y controladora y la presencia en su vida de Lily, una mujer libre y que lucha por lo que desea, aunque prisionera de su corazón.

La escena final es sencillamente soberbia y cierra la historia de una manera sorprendente y perfecta. El cuadro será el protagonista silencioso y nos hará plantearnos algo sobre las venganzas de ultratumba.

"Pasos en la niebla (Footsteps in Fog – 1955)" es una gran y olvidada película y verla es casi obligado para poder disfrutar de un buen y cuidado rato de suspense. Una pena perdérsela, desde luego, o no haberla visto.